14 de agosto de 1945: el fin de la Segunda Guerra Mundial marca un hito histórico tras el devastador lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. En Times Square, Nueva York, un marinero celebra el momento con un gesto que quedaría para la historia: un beso no consentido a una enfermera, símbolo de un triunfo empañado por contradicciones morales. Nuestro diseño reinterpreta esta escena, añadiendo el impacto de una bomba nuclear al fondo, para invitar a reflexionar sobre la euforia, el poder y las cicatrices que dejó aquel momento histórico.»